Matan a peruano en Venezuela por “un mejor vivir”
VENEZUELA - San Félix - febrero 2013.- Darío
Espíritu, quien distribuía pan en el Mercado Mayorista de San Félix, recibió
dos balazos en la cabeza cuando se resistió a que un hombre le robara el carro.
De nacionalidad peruana, tenía cuatro años en Venezuela. “Fui yo quien lo
convencí para que viniera a este país, en búsqueda de una mejor vida y lo que
hicieron fue matarlo”, lamentó su hermana.
Darío Espíritu, peruano de 60 años,
hace cuatro abandonó su país para hacer vida en Venezuela. La mañana de ayer,
para robarle su carro, lo mataron en la calle Ruiz Pineda de Vista Alegre, en
San Félix.
El único familiar de Darío en
Venezuela es su hermana Rosa. “Yo lo convencí de que se viniera a hacer futuro,
a un mejor vivir. Tengo 20 años en esta tierra, cuando llegué esto era un
paraíso y Perú estaba muy mal, ahora todo es al revés. La muerte de mi hermano
es lo peor que me ha pasado. ¡Qué dolor, qué rabia, qué impotencia!”, decía la
mujer.
Los hermanos Espíritu desde hace un
año trabajaban distribuyendo pan en el mercado mayorista de San Félix. Darío
estaba preparándose para comenzar la jornada diaria que no pudo terminar, hasta
que le salió un hombre de su residencia acompañado por su esposa, Perla
Pasopera. Mientras Darío revisaba el aceite y el agua del vehículo, su pareja
lo esperaba a bordo del Fiat Idea gris, placa BCA85F, que estaba encendido. Fue
en ese momento cuando en el puesto del conductor se montó un muchacho no mayor
de 20 años y delgado.
El hombre tenía el capó del carro
arriba y no se percató de la situación. Perla, aterrada, tuvo tiempo de abrir
la puerta y bajarse corriendo. Cuando Darío vio que se iban a llevar su
automóvil y principal medio de trabajo, se montó en el carro a forcejear con el
delincuente.
No pudo hacer mucho, pues el
antisocial sacó el arma de fuego que poseía y le disparó en dos oportunidades
al sexagenario en la cabeza; posteriormente sacó el cadáver del automóvil y lo
dejó tirado en el pavimento.
El sonido de los disparos, tras los
gritos de Perla, hizo que los vecinos salieran de sus hogares a las 6:20 de la
mañana. Muchos vieron cuando el asesino arrancó en el carro que dejó abandonado
a pocas cuadras de la escena del crimen.
A los pocos minutos del asesinato, al
lugar llegaron unos hombres que al escuchar la descripción del homicida
señalaron que se trataba del mismo sujeto que minutos antes los había robado en
esa misma comunidad. Las víctimas del robo se montaron en un carro para
perseguirlo y posiblemente quiso robarse el Fiat de Darío para huir con mayor
facilidad.
Lo cierto es que hasta ayer no se
tenía rastros del ladrón y homicida. Vecinos y conocidos de Darío exigen que se
haga justicia y que termine la violencia que diariamente acaba con la vida de
buenas personas.
“Ojalá le maten al familiar de uno de
ellos para que sepan el dolor que se siente. Para el Gobierno esto es nada,
claro (…) no lo sienten, no son su sangre y se despreocupan porque ellos sí
tienen seguridad y viven con miles de guardaespaldas”, dijo Rosa. Darío tenía
un hijo que vive en su país de origen. El cadáver fue llevado a la Medicatura
Forense del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas
(Cicpc), mientras que su esposa fue llevada al mismo organismo para ser
interrogada. El móvil manejado por las autoridades es el robo. Señalan que el
homicida posiblemente sea de alguno de los barrios cercanos al lugar del
asesinato.
Debido
a los más de 50 homicidios que se reportan por mes en Ciudad Guayana, el Cicpc
busca herramientas para reforzar el departamento del Eje Contra Homicidios de
la institución. En los últimos días, el municipio Caroní ha reportado muertes
violentas de niños, funcionarios, adolescentes, mujeres y hombres de diferentes
edades. La mayoría de estos delitos se cometen con saña.